lunes, 13 de enero de 2014

Restaurante Llamber 13-12-2013

Restaurante Llamber. Galiana. Avilés. Fecha de la visita 13/12/2013.

 No hace muchos años que una de las calles más bonitas de Avilés, veía como todos los locales dedicados a la hostelería habían desaparecido y estaba relegada a ser una zona secundaria de la ciudad, con pocos negocios abiertos.

Por aquel entonces unas personas tuvieron la valentía de abrir un negocio en pleno corazón de la calle, y para más INRI se trataba de un restaurante….
Este es el origen del restaurante elegido para la reunión de la peña en este mes de cenas, turrones y mazapanes.

Sin que haya habido precedente, los 10 peñistas estábamos antes de tiempo a las puertas del negocio, quizás por que la hora de la reserva era un poco más tarde de lo habitual.

 El local, que ha sufrido varias reformas, nos había dispuesto en un pequeño comedor que antiguamente ocupaba la  cocina. Lo ocupamos en su totalidad, y en este a modo de reservado se desarrolló la cena. Ambiente agradable, quizás un poco parco de luz.

El restaurante se basa en una serie de platos, que están pensados a modo de tapas, para que se compartan entre los comensales. Así que nos decidimos por elegir una serie de ellos que nos resultaran atractivos y pedir en cantidad suficiente para poder probarlos entre todos.

Empezamos:
Para aquellos a los que se les apeteció, se pidió de aperitivo, una anchoa sobre pan dulce de escanda con queso de la peral. Veamos, se trata de una anchoa de calidad, sobre un pan dulce con un sabor muy contrastado. Es decir contraste dulce salado y contraste también entre texturas, la carnosa y la esponjosa. Todo esto que en la teoría esta muy bien, pues también esta bien en la practica. Resulta un bocado divertido y sabroso.

A partir de aquí, todos los platos llegaron en varias raciones a la mesa y fueron probados por todos. Empezamos por los arroces, pedimos el arroz negro con ali-oli y fuera de carta el arroz con foie y oricios.

Dos arroces que llegaron con dos texturas distintas, quizá por los productos que los acompañaban. El arroz negro tenia un sabor a tinta, a mar. Muy bueno, quizás lo mejor de la noche. El arroz con foie, pecaba de la rotundidad del foie. Los oricios estaban solo de manera testimonial, no  acompañaban el sabor del plato. No estaba este arroz a la altura del anterior.

Después, morcilla de Burgos con chipirones. Se trata de una morcilla de Burgos partida a la mitad longitudinalmente, sobre la que se acompañan con chipirones troceados. Otro plato de contraste, tierra y mar.  Sorprendente la mezcla y muy buen sabor.

Tras esto, pulpo gratinado sobre patatas con queso ahumado de Pria. En una base circular de patata se dispone el pulpo en medallones y se gratina el conjunto con queso ahumado de Pria por encima. En principio la cosa prometía, pero había una mezcla un tanto caótica de los sabores, debido a que el punto de las patatas cocidas quizá era excesivo, el pulpo no venia demasiado caliente y el gratinado era confuso. Un plato quizá para otras ocasiones.

A continuación la carne, tan esperada por unos, se trataba de un entrecot con sus brasas.

Veamos, sin querer desvelar la sorpresa del plato, decir que la presentación es imaginativa ,  la carne tiene calidad y esta buena. Otra cosa es que debería llegar más caliente, porque al venir troceada pierda calor rápidamente. Y que la ración debería de ser un poco mayor….imagínense las lucha sin cuartel por los últimos trozos…

Y por último llegaron las carrilleras de ibérico, con una presentación a modo de canutillos con su relleno. En este plato hubo opiniones contrastadas, a algunos les gusto y a otros no les gusto tanto.

La cena fue regada con Rioja Cantos crianza, un vino bonito y barato. Que no bueno.

A su vez la cena fue acompañada de panes artesanos de Daniel Jorda, distintos tipos de panes , con distintos tipos de frutos secos, especias etc…gustaron, pero no emocionaron. Eso si todos llegaron correctamente a la mesa, de temperatura y textura.

 En los postres, cada palo aguanto su vela, unos apostaron por el Kiros del llamber, otros por helado de chocolate blanco y los últimos mousse de cacahuete, limón y helado de cerveza. Los postres buenos en general.

…y con los chupitos de rigor se acabó la cena.

Como se puede colegir del relato, disfrutamos de una cena pausada, en la que la gran cantidad de platos que se probaron, fueron llegando tranquilamente a la mesa. Es de agradecer disfrutar de una cena tranquila en estos tiempos tan locos que corren.

Como síntesis, podemos afirmar que :

El Llamber es un restaurante para cambiar de aires de vez en cuando, probar alguna cosa nueva en un ambiente informal. Para ir a comer a una taberna gastronómica. Los platos pueden sorprender, y son para compartir, pero por lo general no defraudan, y si se tiene tiento eligiendo las bebidas, la factura tampoco.



Los comensales



Rioja Cantos crianza y agua.



Anchoa sobre pan dulce de escanda con queso de la peral



Arroz negro con ali-oli



Arroz con foie y oricios



Morcilla de Burgos con chipirones



Pulpo gratinado sobre patatas con queso ahumado de Pria



Carrilleras de ibérico